Nuestros proyectos en el continente africano
2020 ha sido, sin duda, un año diferente, donde hemos aprendido a cambiar unas rutinas que creíamos inamovibles por la salud: la propia y la de nuestros seres queridos. Pero también por la de los demás; para proteger a los que no conocíamos y quizá nunca conoceremos. 2020 ha sido, también, un año donde sentir en nuestra piel lo que ocurre cuando la falta de profesionales y la escasez de recursos se vuelve el denominador común de un sistema sanitario colapsado.
Cerramos un año en el que mirar más allá de las fronteras y de lo que ocurre a nuestro lado se convirtió en un auténtico reto, más que nunca. Y, sin embargo, también fue el momento perfecto para redescubrir la empatía y la importancia de apoyar a quienes conviven día tras día con esta realidad. A quienes las pandemias afectan, pero no sorprenden. A quienes esperan, luchan y enfrentan índices de mortalidad abrumadores, incluso cuando la cura existe, solo que no está al alcance.
Sí, 2020 ha sido, sin duda, un año complicado en todo el mundo. Pero, dentro de esa complejidad, aprendimos, nos adaptamos y reorientamos nuestro trabajo, para que la pandemia de covid-19 no pusiera un punto y final a los avances conseguidos, sino tan solo un punto y seguido. Cerramos así un año de grandes hitos gracias al apoyo de quienes no han bajado brazos, sino que han seguido a nuestro lado en el camino hacia una sanidad de calidad y con futuro en el continente africano.
Para vosotros y para vosotras es esta memoria. Gracias por seguir acompañándonos y apostando por la salud de tantas personas en el continente africano, personas que nos necesitan más que nunca para que el lugar donde nacemos no determine la salud que vamos a tener.
