Homenaje a las protagonistas del desarrollo


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Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, Fundación Recover rinde homenaje a todas las mujeres comprometidas con el desarrollo de las poblaciones africanas más desfavorecidas. Por este motivo, la inauguración de la exposición virtual ‘Formar para transformar vidas’ ha ido acompañada de la mesa redonda ‘Salud y mujer en África’, donde cirujanas, comadronas, matronas y fotógrafas documentales han puesto en común sus experiencias en el continente africano. Con ello, la organización busca resaltar la importancia de la mujer como motor del desarrollo, así como la labor del voluntariado formativo, cuyo esfuerzo favorece el cambio de complejas realidades locales.

El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) habla del impacto que se produce en un país cuando se pone el foco en salud y mujer. “Una mujer formada que completa su formación escolar sin abandonar sus estudios, consciente de sus derechos y pudiendo acceder a ellos, incide directamente en parámetros de desarrollo que le afectan a ella personalmente, pero también a su familia y a su comunidad. Esto también produce una reducción de la mortalidad materna y de la pobreza infantil”, explicó durante la inauguración de la exposición Chus de la Fuente, directora de Fundación Recover.

En la actualidad, muchos países muestran unas cifras muy elevadas relacionadas con la mortalidad materna. Esta realidad es la que viven zonas de África subsahariana como Camerún, Costa de Marfil y Benín, donde de cada 100.000 nacimientos, fallecen 596, 645 y 405 mujeres, respectivamente. Sin embargo, el 80% son evitables, como lo demuestra el hecho de que, en España, la cifra se reduce a 5 mujeres por cada 100.000 nacimientos. En este sentido, para la directora de la fundación “uno de los agentes fundamentales para afrontar y disminuir estas cifras es el voluntariado internacional formativo. El personal sanitario que ofrece su tiempo y experiencia transfiere sus conocimientos, logrando así multiplicar el impacto”.

Como parte del personal sanitario que ha tenido la oportunidad de realizar este tipo de voluntariado junto a Fundación Recover se encuentra la doctora María del Río, cirujana plástica, que viajó al Hospital Saint Dominique de Djunang en Camerún. Allí pudo realizar diversas intervenciones: tanto resección de tumores cutáneos o tratamiento de quemaduras, como cicatrices retráctiles en párpados, manos y piernas.

Estas cirugías van siempre acompañadas de una formación con el personal local del centro que “se realiza desde todos los puntos posibles, partiendo de la prevención de accidentes e infecciones y pasando por el manejo de todo tipo de heridas y accidentes más comunes en la zona. Del mismo modo, con cada paciente que operamos, se realiza una formación estrecha con el personal que acude a quirófano”.

Para la cirujana, lo más importante es “el feedback que intentamos tener con ellos en todo momento, preguntándoles acerca de sus necesidades y respondiendo a sus dudas, buscando siempre adaptarnos a su realidad. También es fundamental realizar un correcto seguimiento de los pacientes y mantener una comunicación fluida con el personal, lo cual contribuirá a una formación continuada muy interesante”. De hecho, este grupo de sanitarias voluntarias ya está trabajando junto a Fundación Recover en una formación online de Cirugía Plástica a través de su plataforma de telemedicina.
 

Un viaje virtual por la cooperación internacional

A través de la mirada de la fotógrafa Lidia Larrosa, la exposición “Formar para transformar vidas”, disponible aquí, presenta la cara más humana de la cooperación internacional. Gracias a la experiencia de voluntariado de un equipo de profesionales en Camerún, se cuenta una historia inspirada en dos mujeres reales durante su complejo camino hacia una sanidad de calidad en África subsahariana.

Larrosa, tras la cámara, pudo ver cómo “Elvi y Manuela son un reflejo del valor de la cooperación internacional” y junto a Elena Torres, comadrona voluntaria, recuerdan con precisión sus historias. “Elvi llegó al hospital con 18 años y paludismo para dar a luz. Al pertenecer a la etnia Bamiléké, explicó que no quería que se tomaran fotografías suyas. Por respeto, se ha montado su relato con imágenes de otras mujeres que se encontraban en el centro y que sí ofrecieron su consentimiento”. Entre esas fotografías sí se puede ver a Manuela, “una estudiante de primero de Enfermería ávida de conocimiento y dispuesta a todo para aprovechar al máximo el conocimiento puesto a su alcance por el personal sanitario hasta allí desplazado”.

La autora de las fotografías, siempre en continuo aprendizaje durante la realización de sus reportajes, asegura que “solo puedo expresar mi más profunda admiración por todas las personas implicadas en esta historia: ha sido un despliegue de profesionalidad y capacidad de trabajo encomiable, contagiosa y felizmente compartida”.

La exposición ‘Formar para transformar vidas’ pone de manifiesto el papel de la mujer como motor del desarrollo en África subsahariana

 

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